Entre los artistas plásticos a lo que inspiró la física atómica se contó a Salvador Dalí (1904-1986), quien realizó varias obras en base a este tema. Conmocionado por los efectos de las bombas atómicas sobre Japón, produjo en 1945 el “Idilio atómico y uranio melancólico”, una abigarrada agrupación de sus imágenes surrealistas más clásicas, como los elefantes de patas largas y el reloj que se derrite, con otras alusivas, como la explosión y el avión bombardero que arrojó la bomba atómica sobre Hiroshima.
Las explosiones atómicas sobre Japón significaron la rendición del país y por ende el fin de la Segunda Guerra Mundial, pero apenas terminada comenzó otra forma de belicismo, la “guerra fría”, que llevó a la carrera armamentista entre la Unión Soviética y los Estados Unidos. Con esta finalidad, EEUU detonó 23 bombas atómicas entre 1946 y 1958 en el atolón de Bikini, en medio del océano Pacífico, teniendo como blanco para evaluar los efectos destructivos a una verdadera flota de barcos de guerra fuera de servicio. Previamente se produjo el desalojo de los habitantes nativos y luego la contaminación de la naturaleza, que perdura hasta hoy. Esta serie de pruebas nucleares volvieron a impresionar a Dalí quien en 1947 pintó el cuadro “Las tres esfinges de Bikini”. Son tres imágenes que simulan los hongos atómicos provocados por las explosiones nucleares; los de cerca y lejos son en realidad cabezas humanas, y el del medio, un árbol. La interpretación de la pintura surrealista de Dalí es muy diversa ya que depende de la interpretación personal del observador, pero en general hay coincidencia en que el primer hongo representa la humanidad, el del medio la naturaleza y el lejano la destrucción.
Pavel Pepperstein es un reconocido artista ruso contemporáneo que pintó una acuarela sobre el mismo tema, a la que llamó “Bikini 47”, y en la que se observa a la flota de viejos barcos sobrantes de la reciente guerra mundial bajo el hongo atómico de la prueba nuclear estadounidense.
La principal preocupación ante la energía nuclear es el miedo a las explosiones o a que se produzca un aumento de calor incontrolado que origine una fusión, además de la problemática de la disposición de los residuos radioactivos del reactor. En este caso, el primer paso consiste en procesar los residuos en una planta especializada en la recuperación del uranio que todavía no ha sido utilizado. Una vez terminado el proceso de recuperación, los residuos se empaquetan en contenedores de acero inoxidable y se entierran. Estos residuos son altamente activos, por lo tanto, continúan generando calor. Se calcula que la efectividad de estos contenedores sólo dura 100 años, y una vez transcurrido este período, deben ser reparados o por el contrario, sustituidos por otros.
A pesar de las férreas medidas de seguridad que esta industria tiene impuesta a su metodología, accidentes tanto naturales como producidos por la mano del hombre, han afectado desde sus comienzos hasta nuestros días, tanto a sus operadores como a la población lindera, comprometiendo la salud ambiental, al contaminar vastas zonas con material radiante.
Las nubes naturales son comunes en estilos pictóricos como los de Carpaccio, El Greco, Brueghel y muchos más, pero el ilustrador y pintor holandés Eppo Doeve (1907-1981) ha elegido lucirse con otro tipo de nube, la nube atómica. Se trata de un cuadro de crítica social al riesgo de la contaminación atómica tomando como tema el pasaje bíblico de la huida a Egipto de la Sagrada Familia para escapar de la matanza de los inocentes ordenada por el rey Herodes. La obra, afín con el arte “naif”, presenta en primer plano a la familia que ha abandonado la población huyendo de la segura contaminación que está produciendo la explosión nuclear, con el típico hongo atómico.

Descripción de la imagen: “La fuga a Egipto” Eppo Doeve.



Descripción de la imagen: “Bikini 47”. Acuarela de Pavel Pepperstein. 2001.



Descripción de la imagen: “Las tres esfinges de Bikini”. Salvador Dalí. 1947. Museo de Arte Moderno. Fukushima, Japón.


Descripción de la imagen: “El idilio atómico y Urano melancólico”. Salvador Dalí. 1945. Museo Reina Sofía. Madrid.




Fecha de publicación: 25 octubre, 2022

Autores: Prof. Dr. Eduardo Scarlato, Prof. Dr. Antonio Werner.