En el año 2009, un grupo de trabajo de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) clasificó el formaldehído como cancerígeno para los seres humanos (Grupo 1) y concluyó que el formaldehído causa cáncer de nasofaríngeo (NPC) y leucemia. Los resultados de un gran estudio de cohortes de trabajadores industriales expuestos al formaldehído, realizado por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de los Estados Unidos, contribuyeron principalmente al cuerpo disponible de evidencia epidemiológica.
En un reciente reexamen actualizado de estos datos de cohortes publicados en noviembre de 2016 en el Journal of Occupational Medicine and Toxicology (adjuntamos el artículo completo) el Dr. Marsh y sus colegas concluyeron que los resultados del análisis original del riesgo NPC son engañosos porque se basan en análisis de regresión inapropiados.
El NCI proporcionó los datos de la cohorte actualizados hasta 2004, y a partir de ellos se calcularon las tasas de mortalidad estandarizadas basadas en la tasas locales y los riesgos relativos (RR) basados en la tasa de cohortes internas en relación con cuatro medidas de exposición al formaldehído (pico más alto, intensidad media, exposición acumulativa y la duración de la exposición), utilizando tanto las categorías del NCI como categorizaciones alternativas. Se modelizó la estructura de interacción relacionada con el grupo de plantas utilizando formas continuas y categóricas de cada métrica de exposición de y se evaluó el impacto de la decisión del NCI de excluir a los trabajadores no expuestos de la categoría de referencia.
Los investigadores concluyen que el reanálisis actualizado proporcionó poca o ninguna evidencia para apoyar la sugerencia del NCI de que exista una asociación persistente entre la exposición a formaldehído y la mortalidad por NPC. La sugerencia del NCI continúa siendo básicamente impulsada por hallazgos anómalos en una de las plantas del estudio.
En el mismo número de la revista, Möhner y Wendt sugieren que la elevada asociación entre exposición a formaldehído y cáncer nasofaríngeo podría ser debida a un sesgo de diagnóstico, y piden a Marsh y colaboradores que hagan públicos sus datos con mayor detalle a fin de poder verificar su hipótesis. Adjuntamos también el artículo completo de Möhner y Wendt. El asunto está lejos de estar zanjado.
Artículos completos de referencia:
An updated re-analysis of the mortality risk from nasopharyngeal cancer in the National Cancer Institute formaldehyde worker cohort study
A diagnostic bias might be a much simpler explanation for the apparently elevated risk for nasopharyngeal cancer with respect to formaldehyde