Las muertes por sobredosis de medicamentos y drogas casi se han triplicado en Estados Unidos desde 1999. Los blancos de mediana edad son la mayoría de los afectados, según un nuevo informe del gobierno de ese país.
Más de 16 de cada 100.000 estadounidenses murieron de sobredosis de medicamentos y drogas en 2015, frente a poco más de 6 en 1999, de acuerdo a los relevamientos realizados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
«La heroína y otros opiáceos fueron la causa de más o menos la mitad de esas muertes, un reflejo del daño provocado por la epidemia de analgésicos recetados en esta década», lamentó el Dr. Edwin Salsitz, especialista en medicina de la adicción.
«Las muertes por sobredosis son tan comunes que están reduciendo la esperanza de vida promedio de los estadounidenses blancos», continuó el especialista, que trabaja en el Sistema de Salud Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.
El informe de los CDC, publicado el 24 de febrero, encontró que las muertes por sobredosis de medicamentos y drogas han aumentado entre los blancos a una tasa de más o menos un 7% al año, frente a un 2% entre los negros y los hispanos. La tasa de muertes por sobredosis entre los blancos en 2015 fue casi 3.5 veces más que la tasa en 1999.
«La esperanza de vida de los estadounidenses blancos está bajando, mientras que no está bajando en otros grupos raciales o étnicos», dijo Salsitz.
Las muertes por sobredosis de medicamentos y drogas aumentaron en todos los grupos de edad entre 1999 y 2015, pero los adultos de 45 a 54 años de edad tuvieron la tasa más alta de mortalidad, con unos 30 fallecimientos por cada 100.000 personas.
«El informe confirma lo que se ha sospechado comúnmente sobre el avance de la crisis de opiáceos recetados en Estados Unidos», señaló Lindsey Vuolo, directora asociada del Centro Nacional sobre la Adicción y el Abuso de Sustancias.
El abuso de los medicamentos recetados alcanzó niveles epidémicos a principios de esta década, provocando unas enérgicas medidas de los reguladores, los fabricantes de medicamentos, los farmacéuticos y los médicos.
Un seguimiento más estricto de las recetas dificultó que los adictos recurrieran a varios médicos en búsqueda de opiáceos recetados como la morfina, la oxicodona y la codeína. Las compañías farmacéuticas también introdujeron formas resistentes a la manipulación de los medicamentos, que no se podían aplastar ni alterar para producir una intoxicación más potente y rápida a quienes abusan de ellos.
Pero estas medidas tuvieron una contracara: los adictos a medicamentos recetados cambiaran a la heroína, que es más barata y está más disponible en la calle. «Para empeorar las cosas, los traficantes de drogas comenzaron a diluir la heroína con opiáceos sintéticos más baratos y más potentes, como el fentanilo, lo que aumenta más el riesgo de sobredosis y muerte», explicaron los doctores.
La heroína explicó una cuarta parte de las muertes por sobredosis en 2015, una tasa del triple respecto a 2010, dijo la autora del informe, la Dra. Holly Hedegaard, epidemióloga médica en el Centro Nacional de Estadísticas de Salud de los CDC.
Otros opiáceos (sintéticos y naturales) como la oxicodona (OxyContin) y la hidrocodona (Vicodin) explicaron otro 24 por ciento de las muertes por sobredosis en 2015, una reducción respecto al 29 por ciento en 2010.
Cuatro estados -Virginia Occidental, New Hampshire, Kentucky y Ohio- lideraron al país con las tasas más altas de muertes por sobredosis.
Para intentar detener las muertes por sobredosis, se ha aumentado el acceso a la naloxona (Narcan), un fármaco utilizado para revertir una sobredosis de un opiáceo, según informó Vuolo.
«Pero los médicos están dando de alta a las personas que se salvan con la naloxona directamente del hospital, en lugar de conducirlos a un tratamiento contra las drogas, dejándolas vulnerables a otras sobredosis -añadió Vuolo-. Hay un riesgo muy alto de recurrencia de la sobredosis cuando una sobredosis se revierte, pero entonces el individuo es dado de alta de la atención médica».
Vuolo y Salsitz dijeron que los legisladores también deben tomar medidas para hacer que los medicamentos que combaten la adicción, como la buprenorfina, estén disponibles con mayor facilidad, de forma que los profesionales médicos puedan tratar el hábito de tomar medicamentos o drogas subyacente.
Una legislación federal recién aprobada permite a los enfermeros practicantes y a los asistentes de médicos recetar la buprenorfina. «Esto de verdad ampliará el tratamiento contra las drogas, sobre todo en las áreas que reciben pocos servicios», afirmó Salsitz.
Artículo publicado en HealthDay. Fuentes: Edwin Salsitz, M.D., addiction medicine specialist, Mount Sinai Health System, New York City; Lindsey Vuolo, J.D., MPH, associate director, health law and policy, U.S. National Center on Addiction and Substance Abuse; Holly Hedegaard, M.D., medical epidemiologist, CDC’s National Center for Health Statistics; NCHS Data Brief, Feb. 24, 2017