El Gobierno británico ha sido acusado de descuidar la salud de los ciudadanos por no tomar las medidas necesarias para reducir los niveles de contaminación en el aire. De esta manera, no le ha quedado otro remedio que activar el estado de emergencia nacional de salud en Reino Unido.
Cuatro comités parlamentarios (Environment Food and Rural Affairs, Environmental Audit, Health and Social Care, y Transport) han sido quienes han calificado de inaceptable la situación tóxica con la que los ciudadanos tienen que lidiar día a día. Aproximadamente se han registrado 40.000 casos de muertes tempranas en las que la contaminación del aire jugaba un papel esencial y ha costado al Gobierno cada año 20 billones de libras, las cuales han sido en vano.
Los cuatro comités parlamentarios han exigido al Gobierno que tome las medidas necesarias para reducir los escandalosos niveles de envenenamiento del aire. Así se revive el continuo conflicto en el que Reino Unido es siempre acusado por las Naciones Unidas de seguir rompiendo las leyes internacionales sobre los niveles de contaminación. De esta manera, los ministros han manifestado su preocupación sobre la situación que podría llegar a alcanzar el país en niveles de contaminación después del Brexit, debido a que Reino Unido tenía haber conseguido disminuir el nitrógeno de carbono en el 2010, pero nunca ha alcanzado su objetivo.
Se ha exigido también que las grandes empresas automovilísticas contribuyan económicamente a un fondo que apoye la causa para compensar adecuadamente los costes en salud que provoca la contaminación por gasolina.
La primera ministra británica, Theresa May, ha contestado diciendo que se están tomando medidas y asegura que puede demostrar que sus nuevas políticas aplicables a las energías renovables están provocando una disminución significativa en las partículas tóxicas del aire.
Fuente: El ibérico