Un hongo modificado genéticamente, diseñado para producir potentes toxinas derivadas de arañas y escorpiones, puede infectar y matar los mosquitos que transmiten la malaria, una de las enfermedades más difíciles de erradicar.
Se trata del hongo Metarhizium pingshaensei: sus esporas entran en el cuerpo del insecto y, luego, crece dentro suyo hasta, eventualmente, matarlo.
Pero en su estado original, este hongo no es lo suficientemente fuerte para frenar con la población de mosquitos y evitar la difusión de la malaria.
Por eso, los investigadores han diseñado esporas mucho más letales, mediante la introducción de genes de escorpiones y arañas venenosas. El estudio, publicado en la revista Scientific Reports, determinó que los insectos que fueron infectados con seis esporas eran completamente incapaces de transmitir la enfermedad dentro de los 5 días, ya que también reduce su capacidad para alimentarse de sangre.