Los ecosistemas de la Cuenca Mediterránea, su biodiversidad única y los servicios clave que proporcionan están actualmente en riesgo debido a la contaminación del aire y al cambio climático. Sin embargo, son pocos los estudios que han abordado este tema.
La contaminación atmosférica en esta región se caracteriza por presentar altos niveles de O3 debido a las altas temperaturas del aire y la radiación solar, la estabilidad de las masas de aire y la dominancia de la deposición de nitrógeno seco sobre húmedo. Por otra parte, los únicos factores abióticos y bióticos (por ejemplo, el clima, el tipo de vegetación, la relevancia de los insumos de polvo saharianos) que modulan la respuesta de los ecosistemas mediterráneos a distintas escalas espacio-temporales hacen difícil comprender y predecir las consecuencias de las actividades humanas que causan el aire contaminados en la cuenca mediterránea.
Por lo tanto, existe una necesidad urgente de implementar plataformas de investigación y experimentación coordinadas junto con redes más amplias de monitoreo ambiental en la región. En particular, es crucial disponer de una sólida red de monitoreo de deposiciones en conjunto con estimaciones de modelos, posiblemente incluyendo un conjunto de biomonitores comunes (idealmente criptogamas, un componente importante de la vegetación mediterránea) para ayudar a refinar los mapas de deposición de contaminantes.
Además, debe prestarse mayor atención a las medidas de diversidad funcional en futuros estudios sobre la contaminación atmosférica y el cambio climático para establecer el vínculo necesario entre la diversidad biológica y la prestación de servicios ecosistémicos en los ecosistemas mediterráneos.
Mediante un esfuerzo coordinado, la comunidad científica mediterránea puede llenar las brechas antes mencionadas y llegar a una mayor comprensión de los mecanismos subyacentes de los efectos combinados de la contaminación atmosférica y el cambio climático en la cuenca mediterránea.
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