Una buena noticia: la capa de ozono está recuperándose gracias a la rectificación de conductas humanas que la habían deteriorado. Según una medición que realizó Argentina, en conjunto con Finlandia, en la base antártica Marambio, los valores que se registraron fueron superiores a los últimos 25 años.
«El 21 de enero tuvimos una medición de ozono en la que el valor supera ampliamente el promedio de todas las mediciones realizadas en Marambio entre 1989 y 2016», aseguró a Télam el meteorólogo Marcos Moreno.
El ozono es un gas que se forma en la atmósfera estableciendo una capa que bloquea la radiación solar ultravioleta dañina (UV-C), que incrementa el riesgo de cáncer de piel y daña al fitoplancton de los mares, entre otros perjuicios.
Si se comprimiera alrededor de la atmósfera todo el ozono disponible, la capa formada mediría tres milímetros, denominada 300 unidades de Dobson, en referencia al científico inglés que ideó el método de medición.
La capa había resultado gravemente dañada por el uso de aerosoles refrigerantes, que luego fueron prohibidos. Inventada para ser usada en refrigeración, la molécula de clorofluorcarbono (CFC) empezó a agotar el ozono natural presente en la alta atmósfera y produjo una disminución que fue observada en 1974 por Mario Molina y Frank SherwoodRowland, en un trabajo que les significó el Nobel de Química 1995 junto a Paul Crutzen.
Una década después, el servicio antártico británico publicó en 1985 el estudio que mostraba una disminución alarmante de la capa en la región polar, el famoso «agujero de ozono» por el cual una veintena de países, entre los que se contaban productores de CFC, suscribieron el Protocolo de Montreal que entró en vigencia en 1989.
«En los últimos tiempos estamos viendo que hay una mejora en esa capa de ozono que va de la mano con el Protocolo de Montreal: se está comprobando que el hombre, poniéndose de acuerdo, puede llegar a mejorar lo que el mismo hombre deterioró», reflexiona Moreno.
Si bien vamos por buen camino y el adelgazamiento sobre la Antártida comenzó a revertirse, recién para 2050 recuperaremos los valores previos al uso del CFC.